Las desviaciones y/o errores
que se pueden presentar al evaluar el desempeño y que deben evitarse, pudieran
ser entre otros:
1. El efecto halo, consiste
en el influjo peligroso que ejerce la conducta general de un trabajador en las
características sobre las que se califica, principalmente si son fuera de lo
normal, respecto de la evaluación que se dé a sus méritos. Se detecta este
fenómeno cuando la mayoría de los trabajadores tienen una puntuación casi
uniforme en los grados en que se les califica respecto de diversas cualidades.
Para evitar este riesgo, se recomienda que se califique separadamente en cada
característica a todo el grupo lo cual impide el influjo de unas cualidades sobre
las otras.
2. Tendencia central, este
es otro de los fenómenos que se pueden presentar al evaluar el desempeño del
personal, consiste en considerar a los trabajadores como normales o promedio,
esto es, calificarlos en el centro o punto medio de la escala. Para evitarlo se
debe procurar que no haya escala que marque la media, es decir, que sean pares,
no impares, y que las opciones de calificaciones sean lo más precisas posibles.
La calificación de méritos
por lo regular trae consigo recompensas o sanciones de algún tipo, el
supervisor debe establecer compromisos para mejorar los comportamientos por
debajo del estándar, o mantener los que están por arriba de ellos. Por otra
parte, es altamente recomendable que el subordinado sepa y acepte de conformidad
que la percepción del superior está fundamentada con hechos reales y objetivos,
por lo que el evaluador deberá conservar los registros que dieron origen a la
calificación otorgada al subordinado para cualquier aclaración posterior.
De acuerdo con Arias, el
desarrollo de la entrevista de evaluación se debe realizar de la siguiente
manera:
1. Después de establecer el
ambiente adecuado, (que deberá consistir en un ambiente tranquilo, sin enojos,
relajado, en el que las dos personas estén sin presiones y rencores), el
supervisor debe pedir a su colaborador que haga un análisis completo de su
puesto, con las cualidades y responsabilidades que exija. El gerente debe
complementar y confrontar los datos mencionados con sus registros o notas de
actuación del trabajador y guiar la exposición.
2. El jefe debe pedir al
trabajador que analice su propia actuación y que la compare con los requisitos
de su puesto.
3. Igualmente, es
conveniente pedirle que resuma sus cualidades y sus deficiencias y, basándose
en ello, dejarlo elaborar un inventario de metas, acorde con la realidad, que
implique superación y cuyo progreso pueda ser verificado; pidiendo también una
fecha razonable para su cumplimiento.
4. Finalmente, debe fijarse
un término para llevar a cabo una nueva entrevista en la que se analicen los
frutos de la presente.
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